A
partir de la denominada Sociedad Industrial (siglo XVIII-actualidad), la
humanidad ha ido evolucionando y mejorando progresivamente su calidad de vida. Se
han resuelto las necesidades energéticas mediante la combustión de madera, de
carbón y, posteriormente, con el uso del petróleo. Pero todo ello a costa de un
gran aumento del impacto ambiental a nivel mundial, concentrado especialmente
en las grandes ciudades. Esto ha provocado la llamada ‘Crisis Ambiental’, en la
que destacan los siguientes problemas:
-Crecimiento exponencial
de la población y concentración en grandes ciudades.
-Consumo de
recursos por encima de la capacidad de renovación.
-Contaminación
del aire.
-Aumento de
la concentración de gases con efecto invernadero que producen el cambio climático.
-Destrucción
de suelos, bosques, y pérdida de biodiversidad.
-Deterioro de
recursos renovables como el agua o la pesca.
-Aumento de
las diferencias entre países ricos y pobres.
-Agravamiento
de los riesgos naturales.
Los
residuos no minerales son aquellos que se generan tanto en los hogares como en
la industria y también los que son consecuencia de la producción y el consumo,
ya sean productos peligrosos o no. Tiene en cuenta sectores como la
agricultura, la pesca, la electricidad, la construcción y la gestión de
residuos, entre otros.
Las
grandes acumulaciones de residuos y de basura son un problema cada día mayor, originadas
por las grandes aglomeraciones de población en las ciudades industrializadas o
que están en proceso de urbanización.
La basura es acumulada mayormente en
vertederos, pero muchas veces es arrastrada por el viento o ríos y se dispersa
por la superficie de la tierra y algunas veces llega hasta el océano.
Esto
ha producido la proliferación de insectos, roedores y microorganismos patógenos,
trayendo como consecuencia enfermedades para el hombre como la peste. Un mal
sistema de gestión de las basuras, producirá un deterioro y depreciación del
entorno debido a la contaminación del aire, del agua y del suelo.
La
forma más sencilla para librarnos de la basura es quemarla, sin
embargo, no es recomendable porque se contamina el ambiente con el humo y se
producen olores muy desagradables. La mayoría de los incineradores que se usan
para producir energía eléctrica son de combustión en masa, que queman basura
mezclada, sin separar materiales peligrosos como acumuladores o baterías de
automóviles y materiales no combustibles que pueden interferir con las
condiciones de combustión y provocar gran contaminación atmosférica.
Los
ambientalistas se oponen a que se dependa del uso de incineradores porque anima
a la gente a continuar arrojando papeles, plásticos y otros materiales que se
pueden quemar, en lugar de buscar maneras de conservar, reciclar y reusar esos
recursos, y reducir la producción de desechos.
El procedimiento es el siguiente:
-La basura se comprime de alguna manera, a fin de ahorrar espacio y costos de transportación.
-Los desechos comprimidos se llevan a un lugar más o menos alejado de la ciudad, en donde se tiran, aprovechando generalmente algún hueco del terreno.
-La basura permanece ahí hasta que se degrada o el viento la esparce en los alrededores.
En la zona escogida como basurero desaparecen las plantas; el viento arrastra a la atmósfera la basura junto con los microbios que esta genera y los malos olores, contaminando poco a poco el suelo.
Además, son criaderos naturales de ratas, moscas y otros insectos perjudiciales para la salud.
Otra
manera consiste en depositarla en los tiraderos al aire libre, que constituyen
el sistema más usual entre nosotros para resolver el problema de la basura.
Sólo
la Comunidad de Madrid produce 1.460.000 toneladas de basura al año. Según una
encuesta realizada por Eurostat, cada español generó 464 kilos de basura en
2012, cifra que se sitúa ligeramente por debajo de la media comunitaria de 492
kilos. De esta cantidad, sólo el 17% se recicló, mientras que el 10% se
convirtió en compost y el 10% se incineró. El 63% restante de los residuos
urbanos se depositó en vertederos.
En
nuestra ciudad, el Puerto de la Cruz, hemos podido comprobar la existencia de
residuos en plena calle. Este lugar se caracteriza por ser uno de los sitios
más visitados anualmente por millones de turistas en Canarias. Pero cada vez
más nuestro municipio se ve afectado por el consumo excesivo de sus habitantes,
así como la falta de servicios de reciclado.
Un
ejemplo de ello es la Depuradora de agua situada en Punta Brava, la cual ha
recibido muchas denuncias y quejas por el impacto ambiental y paisajístico que
esta genera sobre las costas del Puerto de la Cruz.
Así
mismo el Lago Martiánez, caracterizado por ser uno de los lugares de ocio más
reconocidos del municipio, genera grandes cantidades de residuos (originados
por los aseos, duchas y otros servicios…) que diariamente son vertidos a la
playa de Martiánez.
Por
otro lado, las numerosas construcciones y obras que se han hecho en las últimas décadas, han afectado considerablemente
al paisaje. Es ejemplo de ello la enorme cantidad de antenas instaladas por la
ciudad, las casas y edificios edificados en el mismo litoral de la costa de
Punta Brava, etc.
También
podemos apreciar la gran cantidad de tráfico que se genera diariamente, lo cual
supone una gran contaminación del aire y ambiente de esta zona costera. Todo
ello trae como consecuencias el descenso de turismo, de lo cual lleva viviendo
el municipio durante décadas.
Como solución, se plantean diferentes métodos de reducción del consumo, reciclaje y reutilización de residuos urbanos. Pero para que estas acciones medioambientales se lleven a cabo, será necesaria la educación ecológica de las futuras generaciones, pues sufrirán nuestra forma de vida contaminante actual.
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